Adaptarse no es bajar las barreras, es aceptar y proyectar el Bien-Estar.  Vivir es promover la consciencia de la autonomía y el autocuidado.

Suele suceder que cuando algo nuevo acontece, en algunas ocasiones nos incomoda, genera angustia e incertidumbre porque “salir de la zona de confort” la mayoría de veces, asusta. Pero con el pasar del tiempo, nos vamos adaptando a eso nuevo y se convierte en parte de lo que somos y hacemos. El reto está entonces, en no transformar el adaptarse al “relajarse”, recuerda que toda experiencia enseña y estar conscientes del aquí ahora potencia el vivir, no el sobrevivir. No es lo mismo levantarse cada mañana y hacer las cosas del día porque toca, a darle un propósito a cada oportunidad de vida. Aunque el mundo ya nos ha llevado a adaptarnos a su nueva realidad, no podemos permitir que el autocuidado de nuestra integridad física y emocional, baje.

¡Ser autónomos, es saber de nuestra condición sistémica!